La ciudad es el producto del desarrollo económico, esta experimenta lo que la ciudad tradicional nunca pudo, la producción industrial a una escala masiva. La condición homogénea se apodera del territorio, el capital se despliega para configurar la ciudad de manera racional, son el habitar, circular, trabajar y recrear los puntos fundamentales para alcanzar la mayor experiencia genérica que, ahora, es ineludible para el hombre contemporáneo.

La economía y su pretexto de simplicidad han otorgado el atributo de anómica a la ciudad contemporánea, el modelo urbano comienza a responder a esta condición de manera inmediata, sus piezas se reducen a una forma esencial e indiferente al contexto, el exterior es irrelevante, es la arquitectura sometida a un sistema universal en su organización espacial, “la ciudad aparece como un vasto campo de urbanización compuesto por la repetición interminable de edificios genéricos”.

Es el SuperBrick, la formalización de aquella arquitectura concebida por lo genérico, contiene en su interior todo aquello que le permite al hombre su propicio desarrollo. Edificios residenciales, centros comerciales, centros deportivos, hospitales, colegios, museos e infinidad de programas que, debido a su condición modular y de fácil replicación, permiten que este elemento responda al paradigma dictado por lo económico.

Se posa a su amaño y conquista territorios genéricos y aquellos que poseen un potencial de producción dentro del régimen capitalista, es el contenedor contenido, el dispositivo genérico por excelencia, la singularidad se ha perdido, no hay una pisca del individuo, este se ha transformado en el ser más genérico posible, lo que siempre quiso, un sujeto cosmopolita.

Localización: Cualquiera

Año: 2018